En Plisson, la mano siempre ha guiado la forma.
Durante más de dos siglos, nuestros maestros artesanos practican el arte del guilloché, grabando delicados motivos en metal o cuerno, repitiendo el mismo gesto hasta la perfección.
Es esta pericia única la que inspira el diseño de la Collection 1808.
El frasco de vidrio, cuadrado y pesado, se impone como un objeto de anclaje y estabilidad, mientras un motivo de pluma grabada recorre su superficie: símbolo de ligereza, impulso y movimiento.
En el tapón dorado satinado, el águila de la Maison vela con fuerza e intuición.
En el estuche grabado, la pluma reaparece, discreta y aérea, eco de esa dualidad que atraviesa toda la colección: poder y matiz, herencia y modernidad.
Cada detalle ha sido pensado como una prolongación del gesto, del oficio, del tiempo.
Porque un perfume, al igual que un brocha de afeitar o una navaja, no se concibe: se moldea.
Diseñado, fabricado y ensamblado en Francia.