En realidad, el número de hojas no garantiza por sí solo un mejor afeitado. Todo depende de varios factores: la preparación de la piel, la calidad del jabón o espuma utilizada, el ángulo de la cuchilla y la presión ejercida. Una piel mal preparada, incluso con el mejor rastrillo del mercado, sigue siendo vulnerable a la irritación.
Los rastrillos multihojas pueden ofrecer buenos resultados, especialmente para quienes desean un gesto rápido, con un mínimo de técnica. Sin embargo, debido a la cantidad de pasadas simultáneas sobre la piel, a veces pueden provocar enrojecimiento o vellos encarnados, en especial en pieles sensibles.
Por el contrario, el afeitado manual con una sola hoja bien afilada, cuando se domina adecuadamente, permite un afeitado más preciso, más suave y, a menudo, más respetuoso con la piel. Pero esto requiere atención, un tiempo de adaptación y, sobre todo, la voluntad de reducir la velocidad.
No existe un método universalmente superior: algunas personas preferirán la simplicidad de un sistema moderno de múltiples hojas, mientras que otras optarán por la precisión del afeitado tradicional. Lo esencial es elegir una técnica que se adapte a su piel, su ritmo y sus preferencias, teniendo en cuenta no la cantidad de hojas, sino la calidad del gesto.