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Afeítese preferiblemente por la mañana, justo después de la ducha y antes del desayuno: la combinación de calor y humedad ablanda el vello, lo hace más fácil de cortar y reduce la sensibilidad de la piel al paso de la cuchilla.

Es importante utilizar productos de “preparación al afeitado” para preparar adecuadamente la piel. Estos productos crean una capa de protección e hidratación y ayudan a eliminar el sebo del vello, facilitando así el paso de la cuchilla.

Aplique la espuma sobre la piel cargando la brocha con jabón o crema de afeitar:

1. Con jabón de afeitar: Humedezca ligeramente el pelo de la brocha con agua tibia. Frótelo suavemente sobre el jabón realizando movimientos circulares hasta obtener una espuma densa. Aplíquela con la brocha sobre el rostro previamente humedecido (idealmente tras la ducha). Masajee con movimientos circulares durante uno o dos minutos para estimular la piel y levantar el vello para un afeitado más eficaz.

2. Con crema de afeitar: Deposite una pequeña cantidad de crema sobre el pelo de la brocha previamente humedecida con agua tibia, o directamente sobre las mejillas humedecidas, y enjabone el rostro con movimientos circulares durante uno o dos minutos. Este gesto prepara la piel y activa la reacción emulsionante que da lugar a la espuma.

Una vez aplicada uniformemente la espuma, puede proceder al afeitado. Para evitar irritaciones y obtener un mejor resultado, afeítese en la dirección del crecimiento del vello. Si desea una segunda pasada, vuelva a enjabonar el rostro, esta vez afeitándose a contrapelo.

Por último, enjuague su rostro con agua fría y aplique un bálsamo aftershave para calmar e hidratar la piel. ¡Ya puede empezar el día!

Para conservar su brocha de afeitar durante muchos años, enjuáguela bien después de cada uso para eliminar cualquier resto de jabón o crema. Exprímala con los dedos para evacuar el agua y frote ligeramente los pelos con una toalla antes de guardarla con el pelo hacia abajo en un soporte adecuado.

Revise con frecuencia el filo de la cuchilla de su rastrillo y cámbiela en caso de desgaste. Limpie el rastrillo con agua caliente tras cada uso para eliminar restos de vello y evitar la proliferación de bacterias. Bien limpiada, la cuchilla conservará su filo y eficacia por más tiempo, brindándole una experiencia de afeitado verdaderamente placentera.